Si llueve, que llueva

‘’Lo que podemos hacer cuando cae la lluvia, es dejarla caer. ‘’ 

Henry Wadsworth Longfellow 

 

¿Estás harta hasta no poder más de estos días de lluvia con litros y litros de agua que rompen tu rutina? Y es que, aunque algunos afirmen que les encanta que llueva, no nos engañemos: casi nadie disfruta los días de lluvia. Y es francamente muy comprensible que la lluvia no quepa bien en los planes del día a día: el caos del tráfico, la sensación de mojado y el fríen los pies cuando se te mojan los calcetines no ayudan mucho, pero hoy te vamos a dar 5 razones para amar los días de lluvia.  

 

 

 

1    Su olor 

        Tanto si vives en la ciudad, en el campo o cerca de la playa, el olor de la lluvia es una de esas cosas que se quedan grabada en tu memoria casi como una canción.  

 

  1.   No tienes que regar las plantas

        En el día día es una tarea más, tiempo que sacamos de recoger la casa o de ir hacer la compra para la semana. Ocuparse de las plantas y de que estén bien hidratadas en estos as no hace falta porque la lluvia lo hace por nosotros. ¡Así que bienvenida amiga lluvia! Un par de minutos para nosotros mismos son calidad de vida. :-) 

 

3    Sacar el paraguas nuevo. 

        Pasear bajo la lluvia y sentir los colores arriba de tu cabeza. En Laroom nos gusta darle un toque de alegría a estos días donde el cielo es un poco más triste, y la verdad es que mirando esas fotos parece que lo hemos conseguido. 

 

4    Aliviar el día de trabajo en la oficina con una infusión calentita y comida de la buena. 

        Eso sí, se puede hacer también cuando hay sol y un día bonito afuera, pero la sensación de estar trabajando, con una infusión caliente en las manos (porque con los termos Laroom nunca se enfrían) mientras tu plato favorito se esta cocinando y en la ventana llueve ¡es una cosa que nos encanta! 

 

 

         

La cosa mas fácil en los días de lluvia es quejarse y entrar en una actitud negativa, pero hemos comprobado que es mucho más productivo ver el lado bueno de las cosas, y, oye, si llueve, que llueva.

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