Este San Valentín sí que sí: vas a quedar como un rey o como una reina y además, te vamos a demostrar que no hace falta dejarse un pastón para conseguirlo con estas tres ideas originales y baratas. Sólo necesitas un poco de creatividad –en realidad ni eso, porque ya la ponemos nosotros- y, esto sí, esto sólo es cosa tuya, tienes que estar enamorado de verdad.
Vamos de menos a más:
Si lleváis más de tres años juntos y no estáis muy a favor de la fiesta de San Valentín porque si es una fiesta comercial, que si el amor se celebra cada día, bla, bla, os sabéis mejor que nosotros esta canción:
Cuando llevas tanto tiempo con esta persona, no nos engañemos, el enamoramiento inicial, esa época en la vomitas purpurina, ya ha pasado. Ahora queda el amor cotidiano, ese amor que habla del compañerismo, del cariño, de la amistad, de la confianza y la desvergüenza total. De qué-más-da-que-me-veas-meando/sin depilar/en bata/inserta aquí todo aquello que ya no escondes a tu pareja por pudor.
Pues bien, si éste es vuestro caso, quizás es una buena idea hacer algo simple, muy simple, que le recuerde al otro que el romanticismo no, ¡no ha muerto del todo! Ponte ese jersey con un corazón o esa prenda que tanto le gustaba y prepara un te o un café para cada uno. Sólo hará falta que digas: feliz San Valentín, cariño. Y la complicidad hará el resto, creednos.
Si estáis enamorados pero el ritmo de vida casi os impide veros, si ya compartís casa y notas que os estáis empezando a acomodar en la relación, dejando de lado las cosas que os enamoraron uno del otro, sobre todo por falta de tiempo y no por falta de amor, aquí va una idea que te va a encantar:
Coge el tarro de las galletas y escribe una notita como ésta:
“Como muestra de mi amor por ti, me he pasado la tarde haciendo galletas. Están en el horno. Quemadas. Te invito a cenar. Te quiero.”
Evidentemente, no hace falta que te pases la tarde intentando quemar unas galletas, tan sólo tienes que llamar a un restaurante y reservar mesa para dos a las diez. Lo de la nota es solo para hacerle/la reír.
Vale, vayamos ahora a por los que sí vuelan en unicornio y desayunan leche con purpurina. A los que viven en una nube porque no pueden estar más enamorados, acaban de empezar una relación y creen que les explotará el corazón cada vez que se rozan. La buena noticia es que no tienes que comprar billetes para París y una noche de hotel de cuatro estrellas para hacer feliz a tu pareja. La mala es que no todavía. Pero mira, de momento te proponemos que cojas una hucha, papel y boli y empieces a llenarla de cosas que harías con él o ella y el dinero que reunirás en ella.
Por ejemplo:
“Para ir a ver auroras boreales.”
“Para comprarme una guitarra con la que componerte una canción.”
“Para que alquilemos un coche y nos escapemos de la ciudad una tarde a ver el atardecer en la playa.”
“Para hacer la compra en la zona delicatesen con la que te haré la cena (y en la que te diré que te quiero por primera vez).”
¿Verdad que no es tan complicado ser el novio/la novia más original? Si es que no hay nada que inspire más que el amor, lo sabe todo el mundo. ¡Feliz San Valentín!