¡Aprovecha tu bandeja!

Quizá la compraste un día para hacer la gracia de traerle el desayuno a la cama a tu pareja. Pero no nos engañemos, ¿cuántas veces más lo has hecho?  

No es justo que unas bandejas tan bonitas como las de laroom queden relegadas únicamente al día del aniversario de bodas o para cuando vienen los amigos de tu hijo a merendar.  

Así que hoy os proponemos unos cuantos usos más a nuestras bandejas que seguro que no esperabais: 

En la mesa del sofá 

¡No me digas que tienes el típico problema de mesita del sofá sobrecargada! Allí es donde va a parar todo: revistas, los mandos de la tele, el del aparato de música, la tablet, vasos que has usado y no has devuelto a la cocina, cosas que te has sacado del bolso o bolsillos y has dejado ahí y un largo etcétera que seguro irá variando en función de cada hogar, a cuál más sorprendente. Pues bien, para evitar que esto pase, prueba a colocar la bandeja encima. Por un lado, para que quepa ya te habrás obligado a hacer sitio. Por otro, sabes que todo lo que pongas encima de la bandeja puedes levantarlo y llevártelo a la cocina, por ejemplo, para hacer limpieza o, en cualquier caso, si te llega una visita sorpresa, dejar la mesa vacía ¡no te va a costar nada! 

En la cocina:  

La cocina, ese espacio que amamos y odiamos muy a menudo por igual. Cuánto nos gusta verla limpia y ordenada ¡y qué poco nos cuesta ponerla hecha un desastre! Además, algo que suele pasar en las cocinas es que por más grandes que sean, siempre hace falta espacio a la hora de cocinar. Aquí un truco para cuando te des cuenta de que no tienes ni un hueco libre para seguir cortando las verduras, o para emplatar (si eres un cocinitas) o para preparar los desayunos de toda tu familia: si pones todo lo que serían aceites, sal, vinagres, azúcares, especias o todo aquello que tengas suelto por la encimera sobre la bandeja, puedes apartarlo fácilmente a la mesa de comer, o encima de la nevera o donde sea y ganar un montón de espacio para seguir cocinando. (Acuérdate de devolverlo a su sitio después, ¡eh!) 

En la mesita de noche:  

Puede que llegados a este punto te plantees “¿por qué iba a querer una bandeja para poner lo mismo que pondría debajo de ella?”. Y tienes todo el derecho a pensarlo, pero permítanos que te hagamos la siguiente reflexión: Lo que cambias haciendo esto es la intención. Y es que si sabes que tienes al lado mismo de la cama una bandeja pasan dos cosas:  

  1. No llegas a permitir que tu mesita de noche acabe pareciendo un cajón de sastre (antes te la llevas a la cocina y haces limpieza). 
  1. Te pasa más a menudo por la cabeza preparar el desayuno a tu pareja y traérselo.

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